TODO PARECE IMPOSIBLE HASTA QUE SE HACE. (Nelson Mandela)

jueves, 25 de septiembre de 2014

El Viaje


Se despertó sobresaltada. El sueño era tan real, tan vivo, que estaba sudando de mover y remover cajones, ropa, zapatos, objetos de aseo de un lugar a otro intentando establecer un orden de prioridades y una lógica en el equipaje más difícil que había hecho nunca.
Era un viaje diferente. No sabía si definitivo, pero seguro que diferente de todos los anteriores.
Antes había hecho maletas para irse de fin de semana, de vacaciones de verano, o algunos días libres que el trabajo y su sueldo le permitían tomarse. Siempre era para descansar, ver paisajes que prometían belleza o ciudades llenas de monumentos y atractivo turístico. Lugares que pasaban a formar parte de una colección de fotografías perfectamente ordenadas por fecha y nombre del sitio. Fotografías que repetían las postales  más tópicas de las agencias de viajes, pero ahora hechas con su cámara y  en las que a veces también aparecía ella misma o su grupo de amigos.
De todos esos viajes guardaba un recuerdo amable y a veces borroso. Madrugones, prisa por verlo todo, por captarlo todo. Hacer algunas compras, probar las comidas típicas, volver al hotel para volver a salir y seguir viendo y viviendo.
Y con la vuelta a casa, casi deseada para volver a la rutina, la tranquilidad y el espacio conocido. Otra vez deshacer el equipaje, devolviendo cada cosa a su lugar original, recolocando en su sitio todo lo que antes colocó en las maletas. Algunas volvían sin haber sido utilizadas, ya que siempre llevaba mucho más de lo necesario para el tiempo que se marchaba. Algunas de ellas las llevaba para los “por si acaso”, y otras, bastantes, por miedo a no tener a mano todo aquello que le brindaba confianza, aquello que constituía su zona de confort.
Pero este equipaje era diferente. Tenía que calcular y elegir muy bien porque no eran cosas que volverían a sus cajones en unos días, y porque esta vez no habría "por si acasos". Lo que no entrara en las maletas dejaría de ser parte de su vida, quedaría definitivamente atrás. Y no podía llevarlo todo. No tenía maletas tan grandes y tampoco hubiera podido acarrearlas ella sola.
Mientras revisaba sus cosas e iba seleccionando en diferentes montones sobre la cama lo que llevaría y lo que dejaría, reconstruyó momentos pasados. Cuándo compró cada prenda y en qué acontecimientos y circunstancias las había vestido. Y ese repaso de su vida a través de su vestidor la fue sumiendo en un estado de tristeza cada vez mayor. Aunque siempre le quedarían los recuerdos, deshacerse de sus cosas era también desprenderse de su pasado, de sus raíces. Era dejarlo todo atrás.
Ese viaje no era sólo un viaje. Era un cambio tan radical que de pronto no estuvo tan segura de que fuera la decisión acertada. Por eso la angustia y por eso el miedo. Miedo a lo nuevo y miedo también a perder su identidad, lo que había sido y lo que era.  Era empezar de nuevo pero también morir a todo lo anterior. Angustia y miedo que provocaban el sudor que la empapaba. 
Estaba sudando de angustia y de miedo cuando se despertó... sobresaltada.
Tras unos segundos de confusión, comprobó que estaba en su cama, en su habitación y rodeada de sus cosas. Sintió alivio al ver que todo era un sueño, muy real y muy vivo, pero un sueño que la había dejado aturdida. Se levantó para refrescarse y alejar definitivamente la sensación de angustia de esa pesadilla.
Cuando salió de la habitación al pasillo, se quedó paralizada al ver al fondo del salón, abierta sobre el suelo, aquella maleta con su ropa, llena... esperando.

lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Por qué?

Por qué nos olvidamos de ser agradecidos
Por qué somos capaces de usar cualquier cosa como un arma arrojadiza
Por qué utilizamos a las personas
Por qué mentimos
Por qué nos volvemos mezquinos
Por qué traicionamos
Por qué somos cobardes
Por qué almacenamos rencor para devolverlo en forma de odio
Por qué mantenemos un teatro con el objetivo de seguir haciendo daño

Para qué

Cualquier cosa que obtengamos será tan miserable que el tiempo nos pagará en amargura.


Triste camino, pesado equipaje
¿De verdad es el que buscabas?